martes, 13 de noviembre de 2007

¿ES NECESARIO ASISTIR A UNA IGLESIA DENOMINACIONAL? 3 parte

¿Es necesario asistir a una iglesia denominacional
para ser salvo..?
3ª parte


Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones,
Y crujían los dientes contra él
. (Hechos 7:54)

La exposición de la palabra de Dios siempre ha causado, en todas las épocas, una de dos posibilidades: obediencia o desacato flagrante, rebeldía abierta. La palabra de Dios, usada con destreza produce en el oyente una fuerte reacción que lo lleva, o bien a acatar humildemente la verdad enunciada o, por el contrario, a oponerse frontalmente contra lo expuesto. Por algo Jesús le dijo a Pablo que el aguijón de la palabra de Dios, empujada por el Espíritu Santo a través de los labios de Esteban, era difícil de eludir.

Una vez escuchada la palabra de Dios la gente tiene que tomar partido. Quiera o no quiera, la persona que la oye emprende una acción que la coloca al lado de Cristo o en contra suya. Es imposible permanecer neutral ante el mensaje del evangelio.

El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. (Mateo 12:30)

No hay una tercera opción. La espada del Espíritu es tan afilada y penetrante que deja lugar a permanecer neutral o alegar ignorancia. Divide aún a miembros de una familia cuando estos son movidos a colocarse a favor de Cristo o en contra de él. Y así seguirá actuando hasta que Jesús venga por su iglesia, sin mancha ni arruga de ninguna clase, purificada en la palabra de Dios, por el fuego del crisol que es el Espíritu Santo que refina "siete veces" esta palabra garantizando que la pureza del mensaje llegue al creyente.

Con esto en mente, sigamos con la última parte de esta consideración acerca de si para ser salvos debemos asistir a una iglesia denominacional.

¿Los concilios tienen la misma autoridad que las Escrituras..?
Sorprendentemente, y esto es evidente en Asambleas de Dios, los cristianos modernos creen que las conclusiones de varios hombres reunidos tienen la misma validez de las Escrituras y pueden ejercer coerción sobre la conciencia de cada individuo creyente.

Este concepto no es nuevo. Constantino, quien siendo pagano instituyó la Iglesia Católica, usó este argumento para presionar la obediencia de los cristianos y, de hecho, todo lo adoptado en ese concilio (de Nicea) llegó a ser ley para la iglesia y para el imperio. Declaró este pagano emperador que "pues lo que ha resultado aceptable para el juicio de trescientos obispos no puede ser otra cosa que la doctrina de Dios".

Y esa es la mentalidad de las confesiones e iglesias denominacionales hoy. Para apoyar este punto de vista citan el concilio de Jerusalén en tiempos apostólicos, registrado en Hechos 15, pasando por alto, de manera intencional o no, que lo convenido en esa reunión no fue de obligatorio cumplimiento para los cristianos. Es más, a pesar de ser portador de lo dicho en el concilio para todas las iglesias, Pablo mismo desafió la autoridad (que nunca fue pregonada) del concilio. En Hechos 16 vemos que, a pesar de que se había prohibido la circuncisión para los cristianos, Pablo hace que Timoteo se circuncide. Los alcances y el significado de este concilio eran mucho más profundos que el pretender colocarse como un cuerpo gobernante sobre los cristianos del mundo, pero ese no es el tema de este estudio.

En tiempos de Jesús, el gobierno de los reyes ya había cesado. Sin embargo, la organización sacerdotal todavía estaba plenamente funcionando. Los sacerdotes levíticos todavía ocupaban sus cargos como representantes nombrados por Dios, y los ancianos (presbíteros) seguían ayudando para conformar el tribunal de autoridad judicial y religiosa más alto de la nación judía. Ellos formaban un concilio cuya cabeza era el sumo sacerdote, lo que en la actualidad podría ser el papa católico, el superintendente de Asambleas de Dios o el pastor supremo del G12, Casa de Dios o Ministerios Benny Hinn, con sus obvias diferencias.

Cuando Jesús enfrentó su corrupción y sus prácticas, la organización religiosa, establecida originalmente por Dios, lo declaró inmediatamente como rebelde, vasallo de Satanás y abiertamente corruptor del orden establecido, y causa de divisiones. El resultado ya lo conocemos, fue la organización religiosa de entonces, que aparentemente tenía el favor de Dios, la que condenó y envió a la muerte al mismísimo Hijo de Dios hecho carne.

Así que, quienes alegan que la cantidad de miembros de un concilio, reunidos para dictar doctrina o decidir sobre cualquier asunto, es indicador del grado de aprobación divina y dignos de su aval per se, están muy equivocados. El único indicador de verdad de cualquier doctrina o posición será cuán solidamente esté apoyada por las Escrituras.

Muchos cristianos sinceros son conscientes del grado de corrupción de sus confesiones y denominaciones religiosas pero siguen asociados a estos con la convicción de que Dios tomará medidas de una u otra manera. Están convencidos de lo que enseñan hipócritamente sus mismos pastores quienes aseguran que si los líderes –es decir, ellos mismos- fallan, Dios hará las correcciones necesarias para enderezar su iglesia. Ciertamente, Dios nunca tomó las "correcciones" necesarias para enderezar organizaciones humanas. Jamás intentó enderezar a los fariseos y personalmente considero presuntuoso el que una denominación religiosa se autoproclame como "la" iglesia de Cristo. Es evidente que los hombres seremos juzgados individualmente y no como pertenecientes a algún sistema religioso. En nada aporta a nuestra salvación si pertenecemos como miembros carnetizados a Asambleas de Dios, Iglesia de Filadelfia, o cualquier otra denominación. No es nuestra membresía la que nos salva sino la fe en el sacrificio de Cristo.

Ni los hombres de fe de la antigüedad ni los hombres de fe modernos pusieron su fe en organización humana alguna; lo que los mantuvo firme fue su relación con Dios y la fe depositada en el Creador.

Hoy en día, cuando una persona entra a una organización altamente estructurada, como las iglesias del concilio Asambleas de Dios, bien pronto se les hace ver que su fidelidad a Dios solamente puede ser demostrada por su fidelidad a la iglesia denominacional, a sus programas y a sus pastores.

Son los mismos líderes de estas denominaciones las que atacan el sistema autoritario de César Castellanos pero avalan su propio sistema jerárquico aduciendo que el G12 es de inspiración jesuita porque sigue el modelo de "gobierno de los doce" además de otras cosas, pero haciéndose los de la vista gorda con sus propios modelos que, a pesar de que no se basan en el número 12, siguen el mismo espíritu autoritario y reclaman la misma obediencia que Castellanos exige con su G12. Estos líderes anti G12 no se quieren quitar la venda de los ojos que les impide ver que el verdadero problema está en usurpar la autoridad de Cristo sobre cada creyente (con el subsecuente derecho de éste para tomar decisiones sobre cualquier asunto) y no en sobre cuántos se ejerce esa autoridad. Así como los del G12 estructuran su autoridad sobre grupos de doce, las otras iglesias anti G12 la estructuran sobre un número indefinido de personas. Pero están haciendo exactamente lo mismo.

Teniendo por estima el sacrificio de Cristo
Con esto, podemos entender más claramente lo que nos dice Pablo:

Dios os ha comprado a gran precio; no dejéis que los hombres os hagan esclavos. (1 Corintios 7:23)

Hace poco, un creyente moderador de un foro cristiano en internet, después de haberme acusado de "vasallo de Satanás", parte de la "agenda satánica", "rebelde" "masón", "illuminati" y algunas cosas más, señalándome públicamente de buscar tumbar el gobierno de la iglesia, me aseguró que Dios aprobaba la esclavitud, supongo que basando su entendimiento en la lectura sesgada de Tito 2:9: 1 Timoteo 6:1; y 1 Pedro 2:18; y que siendo así, nosotros como cristianos debíamos estar en la misma condición espiritual frente a otros hombres.

Aunque Pablo ciertamente aseguró que por amor a sus hermanos se hizo esclavo de ellos, el contexto y la evidencia nos indican que sus actuaciones siempre fueron guiadas por el Espíritu Santo, y que su "esclavitud" fue temporal y exclusiva para los nuevos creyentes. Tal "esclavitud" consistía en evitar comer alimentos que podían ofender la conciencia de los nuevos creyentes, no polemizar con ellos sobre ciertos temas especialmente sensibles para los nuevos y, en resumen, hacer lo posible para conducirlos a la madurez espiritual.

Sin embargo, frente a cristianos "maduros" que se estaban desviando de la fe, Pablo fue combativo y frentero; no escatimó en discutir abiertamente con ellos sobre asuntos de fe y tampoco intentó suavizar sus palabras para denunciarlos como falsos maestros y superapóstoles suplantadores de la autoridad de Cristo.

Así que cuando Pablo escribe a los Corintios advirtiéndoles que no se dejen esclavizar por hombres, no se está contradiciendo.

El gran precio que Jesucristo pagó por nosotros fue su propia vida, su sangre preciosa. Un precio tan extremadamente elevado que no podemos tomarlo a la ligera ni despreciarlo haciéndonos esclavos de hombres. Fue gracias a ese gran precio que Cristo se convirtió en nuestro único amo y Señor comprando su derecho a que nosotros seamos sus siervos.

Cada uno de nosotros debe preguntarse si ese precio tiene algún significado para nosotros, para entonces ver la conveniencia de aceptar que cualquier hombre o grupo de hombres, reunidos en un concilio o no, se coloque como mediador entre Dios y nosotros. Es importante que cada uno de nosotros piense si hombre alguno puede reclamar el derecho de Jesucristo a ser obedecido y a convertirse en el camino.

Pablo rechazó ardientemente ese tipo de aberración que ya se empezaba a mostrar en sus días. Los creyentes de Corinto empezaron a colocar como su cabeza a varios hombres, incluso al mismo Pablo, así que les dijo:

Me refiero a que cada uno de vosotros va diciendo: "Yo soy de Pablo", "Yo, de Apolo", "Yo, de Cefas", "Yo, de Cristo". ¿Está dividido Cristo? ¿Es que Pablo fue crucificado por vosotros o fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? (1 Corintios 1:12-13)

Es tan delicado este asunto, que cualquiera que pretenda suplantar a Cristo como cabeza de cada cristiano, reclamando obediencia para sí o permitiendo que hombres los sigan a él, está teniendo por inmunda su sangre preciosa con la que nos compró en exclusiva para Él.

¿Qué castigo más grave pensáis que merecerá el que haya pisoteado al Hijo de Dios y haya considerado impura la sangre de la alianza en la que fue santificado y haya ultrajado al Espíritu de la gracia? Pues conocemos bien al que dijo: "Mía es la venganza; yo daré lo merecido". Y otra vez: "Juzgará el Señor a su pueblo". ¡Es terrible caer en manos del Dios vivo! (Hebreos 10:29-31)

Con su sangre preciosa, Dios nos introduce en un nuevo pacto en el que ya no dependemos de la intermediación de hombres sino que nos coloca en una relación directa con Él. Esa relación es guiada constantemente mediante el Espíritu Santo y gracias a esto quedamos fuera del dominio de la ley y nos colocamos bajo la gracia. De ahí en adelante, ningún hombre, ni concilio, tiene derecho a juzgarnos así que no debemos buscar su aprobación sino únicamente la de Dios:

En cuanto a mí, poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. Pues aunque en nada me remuerde la conciencia, no por eso quedo justificado. Quien me juzga es el Señor. Por tanto, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor: él iluminará lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones; entonces cada uno recibirá de parte de Dios la alabanza debida.
(1 Corintios 4:3-5)

¿Si no hay autoridad visible, esto alentaría el caos..?
Otro de los argumentos que esgrimen quienes están a favor de una estructura jerarquizada en la iglesia, es que alegan que sin autoridad no hay orden.

Quienes razonan así desconocen el obrar del Espíritu Santo y ponen en tela de juicio su capacidad para dirigir la iglesia de Cristo. Algunos pastores hasta han llegado a afirmar que el Espíritu Santo, "necesita ayudantes" en su gobierno.

Primeramente, al observar la iglesia apostólica, notamos que una congregación se formaba como resultado de que la gente se reuniera. No había necesidad de "legalizar" de ninguna otra manera la iglesia, ni se necesitaba el "reconocimiento" oficial del gobierno seglar establecido. Esto último es una de las características principales de la fornicaria Babilonia la Grande, la madre de todas las rameras, la Iglesia Católica.

Las circunstancias del primer siglo exigían claramente que la autoridad delegada de Cristo, presente clara e indiscutiblemente en los apóstoles, funcionara para el establecimiento fundacional de la iglesia. Las Escrituras no estaban completas, así que un cristiano de la época bien podía haberse encontrado a la deriva sin la dirección apostólica. Sin embargo, hoy no es el caso. El canon bíblico está completo y por tanto la autoridad apostólica ya no es necesaria ni funcional. Todo lo que necesitamos para crecer en Cristo lo podemos encontrar en las Escrituras.

Muchos cristianos reconocen que la autoridad apostólica cesó con la muerte del último de ellos, Juan. Sin embargo, aunque no afirman que son apóstoles, los líderes de las grandes y pequeñas denominaciones adoptan el fuero apostólico ya que exigen para ellos la obediencia que Cristo autorizó en sus apóstoles y que el Espíritu Santo confirmó con poder y señales.

Así que es perfectamente válido preguntarse de qué manera el Espíritu Santo guía a la iglesia.

La iglesia bajo el señorío del Espíritu Santo
Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. (2 Corintios 3:17)

Pablo señala el hecho fundamental de que el Espíritu Santo es Señor. En el Nuevo Testamento, la palabra "Señor", corresponde en uso y significado al nombre YHWH del Antiguo Testamento. Este vocablo se emplea como título exclusivo del Dios verdadero y se aplica tanto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Pablo nos recuerda que el Espíritu Santo tiene señorío sobre cada creyente de manera individual y, por supuesto, colectivamente. En la Primera Carta los Corintios, en los capítulos 12 al 14, el apóstol nos habla de que el Espíritu Santo nos da dones pero que estos son para beneficio colectivo. Precisamente el capítulo 14 de esta carta, es quizá el único tratado sobre cómo debe efectuarse una reunión cristiana y deja muy claro que Dios no es Dios de confusión sino de paz, y que si se permite el Señorío del Espíritu, la iglesia se verá edificada.

Parecería una contradicción aquello de que donde el Espíritu es el Señor, allí hay libertad, pero no hay tal.

Sabiendo que el Espíritu Santo jamás pasa por encima de la voluntad del creyente, obligándolo a hacer algo en contra de su propia voluntad, entendemos la aseveración de Pablo:

Los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas, pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz. Como en todas la Iglesias de los santos.
(1 Corintios 14:32-33)

Es decir, cualquier manifestación espiritual que esté dirigida por Dios, como ésta de la profecía, producirá paz y bienestar. Cualquier persona que evidencie alguna manifestación espiritual que cause desorden y confusión, y asegure que no pudo evitarlo porque el Espíritu Santo la obligó a hacerlo, está mintiendo flagrantemente. En muchas iglesias pentecostales vemos a personas revolcándose en el piso como posesos, sin poder contener su risa, su llanto o sus convulsiones, hablando a gritos todos al mismo tiempo con una algarabía delirante y, aseguran, que estas manifestaciones proceden de Dios.

Pablo desautoriza tal cosa manifestando que "los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas", es decir, que el Espíritu Santo jamás pasa por encima de la voluntad del creyente obligándolo a hacer algo que éste no quiera.

Precisamente ésta es una de las principales características que distinguen a una auténtica manifestación del Espíritu Santo, de una posesión demoniaca o de una manifestación satánica. Las personas poseídas por los demonios son obligadas a hacer y decir cosas que por voluntad propia jamás estarían dispuestas a hacer. Los espíritus demoniacos anulan la voluntad de la persona mientras que el Espíritu Santo jamás actuará de esta manera con los creyentes ya que Dios dotó al ser humano de voluntad y personalidad, dos de los más preciosos talentos del ser humano, y jamás los usurpará. Es claro que Dios puede obrar a través de ellos si el hombre lo permite, pero no anulará su voluntad.

Así que, al igual que un cristiano puede permitir o no el Señorío del Espíritu Santo en su vida, de igual manera sucede con la congregación. Solamente podemos tener verdadera libertad cuando aceptamos el señorío del Espíritu Santo.

Reconociendo que el Espíritu Santo es tanto el autor como el intérprete de las Escrituras, podemos tener la certidumbre de que Él nunca guiará a un creyente a hacer o decir algo que vaya en contra de las Escrituras. Eso sería ilógico y contradictorio.

De esta manera, es responsabilidad de cada creyente, a nivel individual, el conocer y permitir que el Espíritu Santo lo guíe y le revele la verdad contemplada en las Escrituras.

Así, si cada creyente –de manera individual- permite la dirección del Espíritu Santo incluso cuando esté congregado con otros cristianos, podrá tener la certeza de que la congregación será edificada, de que no habrá confusión ni desorden y de que su libertad personal no transgredirá la libertad de su prójimo de tal manera que el provecho sea colectivo.

Precisamente, Pablo enfatiza que lo que nos debería unir como creyentes, en un tipo de relación de familia, debería ser el amor, "el vínculo perfecto de unión", no algún tipo de credenciales o membresía certificada, ni el llamado de algún hombre. Jesús dijo que sería el amor lo que identificaría a sus discípulos, no los carnets o las certificaciones de un pastor. Los cristianos demostraban su amor no entonando canciones ni asistiendo a los cultos dominicales, sino compartiendo las cosas propias con otros, incluso con extranjeros; acudiendo en ayuda de los necesitados, visitando los enfermos, orando por otros, incluso por los enemigos; y apoyándonos mutuamente en lo que fuera necesario para sobrellevar las pruebas y aflicciones. De la misma manera que lo haría una familia unida y amorosa.

El mostrar amor unos con otros sería la prueba máxima del discipulado cristiano; de que el Espíritu Santo gobierna nuestra vida.

La asociación dirigida por el espíritu correcto
¿Quiere decir esto que un cristiano tenga en menosprecio la asociación con otros cristianos..?

No, de ninguna manera. La asociación con otros cristianos es una exhortación directa ya que nos beneficia al tener la oportunidad de ser edificado y ayudar a edificar a otros. La asociación es algo que uno debe desear y buscar si realmente está guiado por El Espíritu Santo. Pero otra cosa es el llamado a asociarnos sacrificando nuestra propia libertad que Cristo compró con su sangre preciosa; si el buscar la asociación con otros compañeros nos obliga a claudicar de nuestra fe, a ser desleales con nuestra propia conciencia, entonces, la prioridad debería quedar muy clara para nosotros al tomar la decisión:

Todo lo que no proviene de fe, es pecado. (Romanos 14:23)

Sacrificar nuestra conciencia, nuestra fe en aras de requerimientos humanos –o de cualquier otro tipo-, nos conduce al pecado. Jesús nunca se dejó presionar de los líderes religiosos de su época para formar parte del sistema; los primeros cristianos tampoco lo hicieron.

La práctica de reunirse en hogares privados, como se hacía en la iglesia de tiempos apostólicos, es perfectamente bíblica y aplicable a la situación actual. La instrucción del escritor de Hebreos de congregarnos para animarnos a las obras excelentes y para mutua exhortación, no requiere de edificios ostentosos –ni de ningún tipo- especiales, no hace falta la presencia de un docto titulado en teología, escatología, homilética, ni alta crítica; en realidad no necesita de la presencia de ninguna persona que sobresalga por encima del común. Lo único necesario para la ekklesia cristiana, es congregarnos en nombre de Cristo para alabarlo, leer las Escrituras buscando su aplicación e influencia en cada uno de nosotros.

Cristo nunca dijo que él estaría presente solamente cuando algún pastor, ministro o sacerdote presidiera la reunión. El requisito es claro:

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. (Mateo 18:20)

Si debido al ejercicio de nuestra conciencia somos expulsados de alguna confesión o denominación religiosa, siguiendo siempre al Invisible bajo la guía del Espíritu Santo, y esto nos obliga a prescindir temporalmente de asociarnos con otros creyentes, no debemos dejarnos apabullar por las circunstancias ni llegar a creer que estamos siendo castigados por Dios. Si buscando a Dios nos granjeamos la enemistad y el odio de los hombres, no nos preocupemos; los hombres pueden fallar pero Dios jamás lo hará. Y Él nos alienta con esta maravillosa promesa de consuelo:

Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. (Juan 14:23)

El Padre y el Hijo siempre estarán con nosotros, prestos a nuestras necesidades, en una operación milagrosa por medio del Espíritu Santo, residiendo en cada persona que lo permita. ¿Necesita usted algo más...?

Bendiciones

Ricardo Puentes M.
Mayo 2007

10 comentarios:

  1. Buenas, según mi experiencia en las congregaciones cristianas, lastimosamente tengo que decirlo no he encontrado casi ninguna diferencia entre la gente que va y la que no va a la iglesia (al templo), ahora si he encontrado diferencia entre la gente que tiene interés por su salvación y la que no. No asisto a ninguna congregación y no me siento un diablillo por eso, sino mas bien me siento mas libre de estudiar la Biblia sin influencias, inducciones ni presiones a quitar tal o cual conclusión. Pero es distinto cuando se debaten temas como aqui correctamente, educadamente y si autoritarismo ni presiones doctrinarias, sino solo teniendo a la Biblia como fuente de conocimientos y al Espiritu Santo como guía. Como en la Biblia dice "Dios no necesita de Templos construidos por manos de hombres para vivir", pero pienso que el lugar que sí podríamos acondicionar para darle a Dios son nuestros corazones.

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  2. HERMANO ,UNA VEZ MAS GRACIAS PORQUE AHORA SE QUE HAY MAS PERSONAS CUERDAS QUE DEFIENDEN LA SANTA PALABRA DE DIOS Y QUE EDIFICAN CON LA SANA DOCTRINA ,LA CUAL NOS DEJO NUESTRO SENOR JESUCRISTO, GRACIA Y PAZ SEAN EN SU VIDA.
    ATTE.ADORADORA DEL DIOS VIVO.

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  3. Gracias a usted por sus comentarios.. Dios la bendiga..

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  4. ´Según un pastor evángelico Los hermanos de ésta iglesia no pueden orar si no está él u otro pastor con dicha cogregación, somos una iglesia joven.Pero con muchas ganas de estar en CRISTO. Las razones que expone son: que si no hay alguien con suficiente conocimiento para reprender que se puede manifestar satanas, y nosotros no sabrianos salir de esta situación,. Mi prtegunta es la siguiente: si El Espiritu Santo está con nosotros ¿ Que peligro podemos correr? La iglesia se denomina Filadelfia

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  5. Cualquier cristiano tiene la autoridad para oponerse a Satanás. Acerca de eso de "reprender", le aconsejo que lea en este blog el artículo: "Guerra espiritual". Allí podrá darse cuenta de que esas tales "guerras espirituales" no son bíblicas.
    Usted pregunta si están en peligro cuando el pastor no esté. Le diré que, esté o no esté, corren el mismo peligro: están siguiendo a un hombre que se coloca como autoridad de ustedes, suplantando a Cristo quien es la única autoridad del cristiano y el único mediador. Si desea, puede escribirme a mi correo electrónico, para que me envíe el suyo y podamos intercambiar opiniones que en este espacio -por lo reducido- no podemos hacer.
    Dios le bendiga

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  6. La Biblia nos dice que necesitamos asistir a la iglesia para que podamos alabar a Dios con otros creyentes y ser instruidos en Su Palabra para nuestro crecimiento espiritual (Hechos 2:42: Hebreos 10:25). La iglesia es el lugar donde los creyentes pueden amarse unos a otros (1 Juan 4:12), exhortarse unos a otros (Hebreos 3:13), servirse unos a otros (Gálatas 5:13), instruirse unos a otros (Romanos 15:14), honrarse unos a otros (Romanos 12:10), ser bondadosos y misericordiosos unos con otros (Efesios 4:32).

    Cuando una persona confía en Jesucristo para salvación, es hecha un miembro del Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27). Para que el cuerpo de la iglesia funcione apropiadamente, todas las “partes del cuerpo” necesitan estar presentes (1 Corintios 12:14-20). Igualmente ningún creyente alcanzará jamás la plena madurez espiritual sin asistir a la iglesia y ser animado y exhortado por otros creyentes (1 Corintios 12:21-26). Por estas razones, la asistencia a la iglesia, la participación y el compañerismo deben ser actividades regulares en la vida de todo creyente. No es obligatoria la asistencia semanal de los creyentes a la iglesia, pero alguien que ha confiado en Cristo debería tener el deseo de adorar a Dios, ser instruido en Su Palabra, y tener compañerismo con otros creyentes.

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  7. ¿ ES NECESARIO ACUDIR A UNA IGLESIA? Hola mis queridos hermanos Dios nuestro Padre les bendiga mucho. Hoy quisiera responder esta pregunta con coherencia y la palabra sana de Dios. Ultimamente me preguntan esto,y yo veo un gran peligro. Gente que no viene a la iglesia y se excusan diciendo que es porque no hace falta congregarse. Pero sin embargo el apostol de Jesucristo Pablo ordena a la iglesia de esta forma: Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Un cristiano verdadero necesita reunirse con sus hermanos en el amor de Dios,no es un solitario,es parte del cuerpo de Cristo y como tal debe estar reunido Es muy importante oir la palabra de Dios,¿Porque? Lean: Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. La fé viene por el oir la palabra de Dios,es necesario oir la palabra de Dios;Ahora lean: Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Él crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." Para agradar Dios hace falta tener fé,sino es IMPOSIBLE No lo digo yo,lo dice la palabra. ¿Y donde oyes la palabra?; En la iglesia,aleluya.Entonces es necesario ir a la iglesia para agradar a Dios. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!" (Sal. 133:1). Que bueno es estar los hermanos en armonia y biblico. Hay hermanos que dicen que no van porque todos son inconversos y no hay amor en ellos,y empiezan a sacar los errores de todos a fin de justificar su actitud. Un cristiano sabe que todo el mundo tiene errores y que los mismos que no vienen y defienden esta postura tambien los tienen. Por eso la biblia nos declara. Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor yconsumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentóa la diestra del trono de Dios. Nuestros ojos deben estar puestos en Jesus,porque el no tiene ninguna fallo. Pero cuando se mira a los demas te decepcionas,de igual manera se decepcionan contigo porque no hay nadie perfecto. Continua...

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    1. Contuniacion... En la iglesia conviven distintas clases de cristiano,algunos no son cristianos y vienen a pasr el rato,es verdad Pero vamos a dejar Dios que haga su trabajo por medio de sus siervos y su palabra. Las personas vienen a la iglesia a mejorar.Ya lo dijo Jesus: El enfermo tiene necesidad de medico,el sano no. Nostros no podemos juzgar a una persona o una iglesia,no somos nadie para hacer eso.Solo Dios puede hacerlo. Ahora lean con detenimiento est parabola de el Maestro: Mateo 13-24: Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña. Se acercaron los siervos al dueño del campo y le preguntaron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña. Y él les dijo: Un hombre enemigo ha hecho esto. Los siervos le dijeron: Entonces, ¿quieres que vayamos y la recojamos? Pero él dijo: No; no sea que al recoger la cizaña arranquéis con ella el trigo. Dejad crecer a ambos hasta la siega. Cuando llegue el tiempo de la siega, yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla. Pero reunid el trigo en mi granero.” Oh,cuanto no enseñó Jesus aqui!!! La cizaña y le trigo conviven,pero aquellos hombres querian hacer justicia por su propia cuenta arrancado ellos la cizaña. Pero Jesús les dice;Dejad crecer a ambos hasta la siega Y dice;YO enviare,dice yo,no nosotros,solo el puede
      No podemos intentar ser mas que Jesus. Ahora hay una paradoja en las palabras a veces pronunciadas por algun hermano que decide no venir a la iglesia Sacan los errores de los demas para justificarse y alegan que no tienen amor. Pero leamos por favor la palabra 1º de Corintios 13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no esjactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor todo lo soporta y es el maquillaje perfecto para cubrir los defectos de nuestro hermanos,eso es amor Pero si yo critico y saco a relucir todos los errores de los demas Yo no tengo amor,porque no lo veo con el filtro del amor

      Ejemplo:

      Una madre tiene un hijo,este hijo es muy feo
      Pero su madre lo ve guapo,como todas las madres
      Porque lo ama,y no se ve sus defectos,ve que es su hijo

      Asi pasa cuando tenemos amor,aunque mis hermanos tengan defectos,yo no los veo,no me fijo en ellos
      Veo que son mis hermanos y oro por ellos para que Dios lo perfecione.

      Asi tambien no ve nuestro Padre eterno,tenemos tantos defectos pero el nos ve como sus hijos y con su amor infinito tapa todos nuestro defectos,Dios es amor.

      No hay motivo valido para dejar de venir a la iglesia.
      Sepan que para algo estableció la iglesia Dios.
      Y Pablo mandado por Cristo predicó y estableció iglesias en toda Asia.
      No dijo;Leer y orar en vuestras casas,No dijo tal cosa
      Si todos se fueran a su casa,la iglesia desapareceria y eso no es lo que desea Dios

      Jesus mismo acudia a la Sinagoga(lugar de reunion)

      MAteo 12:9
      Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.
      Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús,para poder acusarle:


      Marcos 1:21
      Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga,enseñaba. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los
      escribas.

      Lucas 4:16
      Vino a Nazaret, donde se había criado;y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.

      Jesus lo tenia por costumbre,lo hacia a menudo.

      Hermanos mios el "culto" SOLO no salva,pero enseña como salvarte.

      DIOS LES BENDIGA

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  8. Dios tiene un proposito con cada uno de nosotros y conoce nuestro corazones. Dice Jesus: "Por sus frutos los conocereis".Dios le bendigan hermanos!!!

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